Saul Bass, un nombre largamente conocido dentro del mundo del cine por ser el gestor de ese arte dentro del arte que significó la creación de los créditos iniciales, así como los posters, de películas de directores tan aclamados como Hitchcock...
Saul Bass, un nombre largamente conocido dentro del mundo del cine por ser el gestor de ese arte dentro del arte que significó la creación de los créditos iniciales, así como los posters, de películas de directores tan aclamados como Hitchcock o Preminger. Sus colaboraciones en películas como “Vértigo” (Alfred Hitchcock, 1958) y “Psycho” (Alfred Hitchcock, 1960) o “The man with the golden arm” (Otto Preminger, 1955) son famosas por la línea gráfica que Bass les confirió en inteligente uso del simbolismo visual que ya desde un comienzo nos introducía la temática que la historia desarrollaría dentro del film. Sin embargo es mucho menos conocida la faceta de Bass en su rol como director. Sería en la película “Phase IV” (1974), donde Bass se probaría como narrador, en una historia de ciencia ficción donde una colonia de hormigas enfrenta a la humanidad en su lucha por la expansión y dominio de la tierra.
En su tiempo, esta película sería un fracaso de taquilla condenando así la incipiente carrera de Bass como director. Sin embargo, y con el tiempo, la película llegaría a nuevas audiencias que la convertirían poco a poco en una película de culto.
Phase IV empieza con la imagen de un cúmulo de estrellas consteladas, haciendo una analogía a la colonia de hormigas, protagonistas de esta historia.
Todo inicia con un fenómeno celeste inédito y es allí donde vemos al sol apareciendo desde el fondo de la oscuridad, casi naciendo y anunciando el renacer o la nueva era que inicia con este momento único, sincrónico. Este suceso tendrá en vilo a la comunidad científica ya que nadie sabe qué consecuencias traerá sobre la vida en la tierra.
Esta figura del sol tendrá una relevancia especial dentro de la narración de la historia ya que las hormigas conciben a este astro no sólo como creador y hacedor del nuevo estado evolutivo sino que en ocasiones se servirán de sus intensos rayos como arma.
La película nos es introducida bajo la narración de James Lesko, científico criptólogo quien es convocado para investigar los fenómenos observados. Lesko nos narra cómo este fenómeno celeste no parece alterar en mayor medida la cotidiana normalidad dentro de la vida terrestre. Sin embargo será el biólogo Ernest Hobbs el primero en notar los cambios en la etología de varias colonias de hormigas que parecen haber incrementado su inteligencia, creando nuevos modelos de comunicación entre diferentes colonias. Nadie parece prestar especial atención a estos factores pero sin embargo Hobbs en su empeño por conseguir respuestas coordina una investigación a fondo.
Así es como tras la narración introductoria el film da paso a las protagonistas: Las hormigas. Bass se sirve de imágenes de carácter documental tomadas por Kem Middleham, fotógrafo de la vida silvestre, quién nos da planos muy cercanos de estas criaturas, revelándonos el entorno de estos animales, su discurrir, su forma de vida. Es de esta manera como nos presentan a las hormigas como si fueran personajes, nos evidencian sus motivaciones e incluso nos llegan a transmitir sentimientos y emociones acercándolas de este modo no solo a nuestro entender sino que además se sirven de asemejarlas al humano, lo que constituye otro elemento narrativo que refuerza o da pie a la historia que se nos está contando.
En este recorrer de su hábitat y su contexto empezamos a notar la aparición de estructuras de carácter geométrico que han sido construidas por la propia colonia dentro de su nido. Estas imágenes nos avisan de aquello que Hobbs ya ha notado. Su creciente inteligencia, capaz ahora de crear estructuras que no son propias de su común naturaleza.
Así es como al establecerse en el sitio, lo primero que Lesko y Hobbs notan son unas estructuras formadas a partir de tierra y barro por las hormigas, pero que curiosamente se asimilan bastante a las estructuras rituales propias de los aborígenes de diferentes culturas. Estos promontorios parecen describir a un grupo que invoca, saluda o agradece a las estrellas, o tal vez de nuevo a ese astro rey cuya presencia vigilante se nos infiere en tantos momentos. Paradójicamente a pesar de haber sido construido por las hormigas las figuras que parecen representar son antropomorfas, expresando así un deseo o un acto imitativo. Más adelante comprenderemos la importancia que el hombre tiene en el plan mayor que poco a poco ejecutan las hormigas. Aquí entonces se establece el juego, el reto y el paralelo entre inteligencias y quizá egos entre las dos especies que entran en pugna.
Los experimentos empiezan y con ellos también el ataque frontal desde ambos flancos. Las hormigas son retadas y ellas no tardarán en su cruenta respuesta. Desde aquí todo nos será narrado como si de una guerra se tratara donde cada bando postulará sus estrategias y movimientos en detrimento del enemigo y así como en cualquier batalla habrá un resultado cifrado en destrucción y muerte de ambos lados. O tal vez son los sacrificios necesarios en pro de un bien mayor, de ese objetivo último.
Sin embargo será la respuesta ante la muerte la que marcará una diferencia entre ambos. En el momento en que los científicos encuentran los cadáveres de aquellos que no pudieron huir de las hormigas Hobbs, para horror de Lesko, sólo lo ve como una impertinencia, un elemento ajeno a su cronograma de investigación y por tal razón algo inoportuno y sin mayor relevancia. Por otro lado en la colonia, cada muerte tendrá un significado y así mismo cada miembro de la comunidad ofrecerá un sacrificio que beneficiará al conjunto.
Las hormigas toman las características intrínsecas del humano al tiempo que los hombres pierden esa empatía de comunidad que los hace humanos. La colonia sin embargo aprovecha a su favor esta aparente pérdida de identidad colectiva. Esa individualidad, la exaltación al ego y a la unidad que lleva al hombre a pretenderse mejor, más hábil, más poderoso, a alzarse sobre sus congéneres en un afán megalómano. Este fraccionamiento de lo colectivo es la derrota del hombre y eso lo saben las hormigas que, haciéndose un solo cuerpo a través del trabajo conjunto de la colonia, se magnifican y se vuelven más poderosas . Paradójicamente será precisamente este ególatra personaje, Hobbs, quien reconozca la virtud de esta comunidad: “tan indefensa cuando está sola, tan poderosa cuando forma una masa”. Al enfrentarse a un ataque humano, las hormigas dignifican las muertes de los suyos mediante el sacrificio de las sobrevivientes, quienes una a una se rinden a un destino entregado a fortalecer la colonia, su vida por un fin más grande. Incluso parecen haber adquirido el sentido del dolor por la pérdida, ya que realizan lo que parecen ser sentidos rituales en homenaje a sus víctimas, y es esta una nueva muestra de cómo la colonia está adquiriendo las emociones y proceder propios de un humano.
Poco a poco vamos descubriendo cómo para las hormigas el hombre no es sólo un enemigo al cual acabar, es también objeto de admiración tal como se nos infiere en la escena en que la hormiga recorre el cuerpo de la mujer, de manera que también alude al instinto sexual y de procreación. Será la primera vez en que se infiera una comunicación directa entre la colonia y los humanos a través del personaje de Kendra quien claramente entra a representar una figura sexual.
Aparece entonces el despertar a la conciencia del poder del otro. El humano finalmente se rinde a la inteligencia de su oponente, descubriéndose él mismo como el objeto de observación. Sabrán entonces que siempre han sido ellos quien han estado sometidos en un juego darwiniano donde sólo el más apto será elegido para representar la nueva fase. Así vemos metafóricamente esos pasos de Kendra recorriendo el camino hacia su meta final, al tiempo que eleva un canto que habla del avance de un peregrino que encuentra su tierra. Un hombre que humilde se rinde a su destino.
Saul Bass realizó una secuencia final de cinco minutos donde kendra y Lesko tienen su encuentro final dentro del nido de la colonia, uniéndose así en un acto que representa el inicio del próximo paso evolutivo en ambas especies. Esta secuencia fue eliminada de la película ya que el distribuidor consideró que su contenido era demasiado surrealista y simbólico para el público de masas, por lo cual la escena fue recortada a apenas a unos segundos para representar el final de la historia. Esta secuencia se creyó perdida por décadas, hasta que en 2012 fue hallada en la Academy Film Archive y tiempo después sería presentada en un cinema de los Ángeles para el público en general. La secuencia consta de un montaje en collage de imágenes simbólicas de kendra y Lesko en una unión que va más allá de lo sexual ya que desde allí engendran el nuevo estadio de conciencia de la humanidad, como un salto evolutivo hacia ese nuevo amanecer. Los humanos son llevados a otra conciencia y será allí cuando nazca radiante ese nuevo sol, creando una nueva forma de vida, abrazando sus cálidos rayos a los nacientes seres de esta nueva era. Empieza así la Phase IV.
PHASE IV País: USA
Año: 1974
Director:
Saul Bass
Guión: Mayo Simon
Reparto: Michael Murphy, Nigel Davenport, Lynne Frederick
Kevin Wendell Crumb padece del trastorno de personalidad disociativa, lo cual lo hace vivir desde 23 personalidades diferentes. Gracias a años de terapia y el seguimiento de la doctora Karen Fletcher, Kevin ha logrado tener una vida bajo cierta normalidad, incluso con el orgullo de conservar...
Volver a nuestro instinto. Despojarnos de lo que humanos nos hace, quitarnos nuestra ropa de humanos para vestir la piel del animal.
Kevin Wendell Crumb padece del trastorno de personalidad disociativa, lo cual lo hace vivir desde 23 personalidades diferentes. Gracias a años de terapia y el seguimiento de la doctora Karen Fletcher, Kevin ha logrado tener una vida bajo cierta normalidad, incluso con el orgullo de conservar un trabajo por 10 años. Sin embargo esto es solo en apariencia ya que las más violentas y problemáticas personalidades (Dennis, Patricia y Hedwig), han logrado tomar el control. Dennis secuestra a tres adolescentes (Casey Cook, Claire y Marcia) bajo el argumento de que ellas son la comida sagrada que consumirá “la bestia” en un acto de carácter ritual. Esta bestia es la personalidad número 24 que empieza a emerger.
Cook se nos muestra desde un primer momento como un animal herido. Desde el principio veremos a este personaje en medio de las plantas, haciendo clara referencia a su condición de animal, cuando en ese bosque de sus flashback, mientras era instruida acerca del arte de la caza, fui abusada pro su propio tío, comenzando así una vida de constante dolor. Shyamalan usa este recurso para hacer un paralelo entre Cook y Kevin ya que él también es retratado en medio de plantas y representaciones de animales, refiriendo así a la animalidad a la cual Kevin ha sido reducido por sus propias experiencias de dolor y abuso. En la misma línea, veremos a animales despojados de su libertad. Aquellos seres poderosos, magnánimos, reducidos a una jaula de dimensiones ínfimas para albergar lo que antes fue grandeza. Estos animales privados de su poder son la misma Casey, a quién siempre veremos encerrada y arrinconada, incluso cuando ha sido rescatada y la vemos encerrada en el fondo de una patrulla, su único refugio ante la posibilidad de retornar a la vida de miseria y abusos al lado de su tío.
Shyamalan se sirve de mostrar este despojo de humanidad también a través del uso del vestido. Así es como en la escena del bosque, cuando la pequeña Casey va a ser violada, su tío le dice: ”Finjamos que somos animales...quítate la ropa, los animales no usan ropa”. De la misma forma Dennis, esa personalidad trastornada va tomando poco a poco cada una de las prendas que cubren a las mujeres secuestradas. Primero una falda, luego un saco, luego una camisa, en alusión de ir despellejando al humano para volverlo animal. Él mismo hará referencia más tarde a que Casey “usa muchas camisas” ya que ella las necesita para cubrir las cicatrices que revelan su condición de animal cazado. No es casualidad entonces que la nobleza y la empatía sea representada por Barry, un diseñador de modas quien a través de su pasión por la creación de prendas exclusivas, desea devolver la dignidad, el vestido que cubre cicatrices y retorna la piel al humano. Barry es además aquel encargado de mantener a las personalidades violentas a raya, en procura de que nadie salga lastimado. Sin embargo los esfuerzos de Barry y la doctora Fletcher serán infructuosos. La horda, conformada por Dennis, Patricia y Hedwig, darán paso y nacimiento a esa nueva entidad, la bestia. Personaje que ha trascendido toda forma de defensa hasta alzarse como un suprahumano. Aquel ser que ya no cubre sus cicatrices porque se enorgullece de ellas. Su poder es su dolor, desde el cual crece y evoluciona para hacerse más grande y a través de la violencia impartir su convicción, como si de un dogma se tratara, donde aquellos rotos, quebrados por el dolor serán bendecidos por la pureza de su sufrimiento. “Los rotos son los más evolucionados. ¡Regocíjate!” dice la bestia al encontrar en las cicatrices de Casey la empatía a su sufrimiento y así mismo la justificación a su convicción de convertir a todos esos impuros carentes de la enseñanza del dolor: “Aquel que no ha sido destrozado no tiene valor por sí mismo y no tiene cabida en este mundo. Están dormidos”. Shyamalan , casi en una broma grotesca, conforma una familia para esta bestia. El padre rígido, representación de las normas es Dennis, quién se hace cargo de allanar el camino para su llegada. Patricia como aquella madre dadivosa que con sus cuidados prepara el alimento, cuidando de las tres mujeres que serán consumidas por la voraz bestia. Hedwig será entonces el hermano mayor, aquel que enseña y acompaña, aquel que da la “luz” a sus padres permitiéndoles así apropiarse del mando en el cuerpo de Kevin.
Esta luz es asimilada a la voz que cada personalidad alcanza cuando se expresa a través de Kevin. La misma luz-conciencia que trascenderá la bestia al dirigirse hacia su espectro más profundo e instintivo como fuente de poder, tal como vemos en aquella escena donde en lo alto de la claraboya vemos la luz que transfigura un mándala, signo de la pureza y el conocimiento pero escalera abajo, camina ese Kevin dominado, descendiendo a sus instintos, a su animal primario, a las garras de la bestia.
Es común en las películas de Shyamalan ver a sus personajes representados desde su sicología , desde lo más profundo del discurrir de sus mentes, abordando los problemas con una raíz mental y emocional que apoya de manera profunda lo que acontece en apariencia en la vida exterior. Así el director cuenta historias como “The sixth sense” (1999), “The village” (2004), “The happening” (2008) y “The visit” (2015). Aunque su filmografía no ha tenido éxito (exceptuando a la premiada “The sixt sense”), Shyamalan es reconocido como uno de los directores más interesantes por su manera particular de abordar cada film, forma esta que incluso ha sido asociada con la dirección que Hitchcock hacía en sus películas. Split ha tenido una recepción bastante aceptable y se espera una tercera película derivada de esta y que tiene su precuela en “Unbreakable” (2000) como bien nos es inferido en la escena final en donde un recordado David Dunn (Bruce Willis) hace su aparición como ese héroe que acecha villanos. De esta manera es como el film que completará la trilogía nos devolverá al universo del cómic donde se mueve “ Unbreakable”: Un villano suprahumano, un héroe con fuerza descomunal y un conflicto a resolver (acaso esa próxima cena con 10 o 12 “impuras” a la cual hace referencia Patricia). La Lucha última entre el bien y el mal.
SPLIT
País: USA
Año: 2016
Director:
M. Night Shyamalan
Guión: M. Night Shyamalan
Reparto: James McAvoy, Anya Taylor-Joy, Betty Buckley
Han llegado los extraterrestres. Doce de sus naves aterrizan en diversos lugares del planeta; científicos analizan el por qué de sus posiciones, pero parecen ciegos a la razón. Toman el hecho como algo azaroso aún en la incomprensión de que esos lugares son aquellos desde los que nacen conflictos que azotan actualmente a este mundo...
Han llegado los extraterrestres. Doce de sus naves aterrizan en diversos lugares del planeta; científicos analizan el por qué de sus posiciones, pero parecen ciegos a la razón. Toman el hecho como algo azaroso aún en la incomprensión de que esos lugares son aquellos desde los que nacen conflictos que azotan actualmente a este mundo (USA, China, Rusia, Iran, Venezuela…). Así mismo se desconoce la razón de su visita. Cada país se encarga de establecer contacto con los foráneos tratando de entender su lenguaje y de esta manera poder lanzar aquella pregunta clave: ¿Cuál es el propósito de su visita? (Aquí el director le devuelve la pregunta al espectador: Cuál es tu propósito acá?). Y he aquí la paradoja que somos: Seres de otro mundo aterrizan en nuestro planeta y al no conocer su verdadera intención son una latente amenaza a la población mundial. Y ante este panorama donde la estrategia práctica y más efectiva sería la unión global en busca de la defensa y el bien común, la primera reacción de estos paupérrimos terrestres que somos es atacarnos unos a
otros. Pasar por encima del otro, encerramos en nuestro grupos sectarios
(tal como los diversos grupos referidos en las pantallas informativas:
sectas religiosas, grupos antigobierno, grupos ambientalistas, etc)
desde los cuales atacamos y descalificamos el valor que el otro puede
representar. Porque aquel que no soy yo, es un extraño, y tememos a lo
desconocido. A aquel que no reconocemos, lo llamamos monstruo: “los
monstruos van a matar a papi”, dice desesperada la esposa de uno de los
soldados en misión. De esta misma forma los países se aíslan. Cada uno
de ellos actúa por cuenta propia guardando estricto secreto de lo que
logran descifrar del lenguaje de los heptópodos. Ante una amenaza global
creamos una nueva guerra fría que nos divide. Sí. La película habla de la comunicación. O de la ausencia de ella. ¿Para qué tenemos lenguaje si aún no sabemos cómo comunicarnos? Estamos divididos en una babel que creamos por la convicción dogmática de que nuestras ideas, pensamientos y valores son los únicos que corresponden a un absoluto que llamamos verdad. Negamos al otro por ser extraño y ajeno al ego que llamamos identidad. El director Denis Villeneuve se preocupa por contarnos esto al ubicar a los personajes de la película siempre en espacios cerrados, cuartos pequeños y estructuras laberínticas como el lenguaje mismo. El pasaje que conduce a los alienígenas también nos da cuenta de que estamos en medio de esta oscuridad y allá afuera se levanta un cielo extenso, abierto y brillante. La verdad a la cual nadie nunca llegará porque somos fragmentos de una totalidad. Y como piezas de un rompecabezas tendríamos que actuar. Uniéndonos al otro, en observancia de su identidad, enriquecernos con el pensamiento ajeno, abrazando la diversidad, completándonos en la diferencia y aceptando la rareza que para nosotros significa el infinito del otro.
Arrival habla de la aceptación de todo aquello más allá de nuestro propio pequeñísimo espacio. Más allá de este cuerpo y de lo limitada que es nuestra mente y nuestro entender. Aceptar lo que no sabemos, abrazarlo y vivir libres también en la incomprensión de lo que está más allá de nosotros. Esa verdad es representada en la película por el afuera de los espacios: Cielo, ventanas y cristal que muestran una enceguecedora luz que se encuentra más allá del oscuro túnel de nuestro no saber. Y de esta manera es como la película refiere también a la muerte; la luz al final del túnel, con la muerte de Hanna, la muerte de la esposa del general Shang y la muerte de “Costello”). La muerte no como un final sino como una vida que significa un continuum de eventos que recorremos. Los eventos que ocurren en una línea de tiempo que avanza hacia adelante es sólo una invención de la mente que necesita de fórmulas y concreción. Este concepto se ve representado dentro de la historia por el lenguaje en círculos desde el cual los alienígenas entregan no sólo su idioma, sino el conocimiento de algo trascendente. Una nueva forma de movernos a través de la vida. Así es como Villeneuve nos dice que la muerte es tal como el palíndromo que significa el nombre de Hannah; puedes leer tu vida desde el final o desde el inicio, lo importante será siempre el recorrido. Es el mismo camino que estos extraños seres nos iluminarán, porque son ellos quienes necesitan de nuestro recorrido hacia tres mil años adelante, cuando nosotros seamos quienes los rescatemos. Desde esa
nueva perspectiva Louise hace su elección, aún en pleno conocimiento
del dolor que tendrá que enfrentar por la desaparición de Hannah, porque
este dolor hace también parte de su vida, esta muerte es ella misma.
Esta comprensión no la compartirá su esposo Ian, porque su mente de
científica, sólo admite fórmulas y absolutos y no concibe un mundo de
vivir sin poder obtener todas las respuestas. Su pasión mira al infinito
pero su mente necesita el por qué de las estrellas.
Villeneuve logra así combinar una historia de ciencia ficción con conceptos espirituales, en un tono críptico que poco a poco como espectadores tendremos que develar, enseñándonos el paso a paso de un lenguaje nuevo, llevados por las sílabas que también son interpretadas desde las piezas musicales de la película. Así, el director se asegura la confianza de todos aquellos que con curiosidad, pero no menos temor, esperan la secuela de Blade Runner para finales del 2017, cosa que ya es una responsabilidad enorme, teniendo en cuenta lo que para la historia del cine representa este clásico de la ciencia ficción.
ARRIVAL País: USA
Año: 2016
Director:
Denis Villeneuve
Guión: Eric Heisserer, basado en el libro "The story of your life"(Ted Shiang)
Reparto: Amy Adams, Jeremy Renner, Forest Whitaker, Michael Stuhlbarg